miércoles, 27 de abril de 2011

Almudena De Madrid



Los orígenes de la catedral de la Almudena pueden situarse en la pequeña iglesia de Santa María de la Almudena, de origen tardomedieval, que se emplazaba a pocos metros de la actual catedral. Durante siglos hubo intentos de dotar de mayor grandiosidad a la mencionada parroquia, intentos que fueron haciéndose más intensos con la progresiva importancia del imperio y de su capital. Según un informe de 1567:
"Por el bien universal de la villa y su tierra, importa y tiene gran necesidad que se haga en ella una iglesia catedral y cabeza de Obispado"
Informe de 1567.
Otra razón poderosa era la ausencia de obispado en Madrid —la capital pertenecía a la arquidiócesis de Toledo— y el arzobispado de la ciudad imperial siempre se opuso a la segregación de la capital de la diócesis toledana. Así, se intentó ampliar y reformar la pequeña iglesia de Santa María hasta su desaparición en 1868, cuando finalmente se impuso la necesidad de construir una iglesia catedral que diera cabida al culto a la patrona de la ciudad. El día 4 de abril de 1883 el rey Alfonso XII puso la primera piedra del nuevo edificio, que sería la futura catedral de Madrid, en unos terrenos que, por mediación de la reina Mercedes, devota de la Virgen de la Almudena, son cedidos por el Patrimonio Real en 1879. Espaldarazo definitivo para la construcción sería la creación de la Diócesis de Madrid-Alcalá, mediante bula dada por León XIII. Mientras se construía la catedral, la antigua iglesia jesuítica del Colegio Imperial, que en aquel momento tenía la consideración de colegiata, bajo la advocación de san Isidro, pasó a ser el templo catedralicio de la nueva diócesis. En 1964, Casimiro Morcillo recibió el título de Arzobispo-obispo, pero dentro de la provincia metropolitana de Toledo. No sería hasta la muerte de éste, en 1971, cuando el Cardenal Tarancón abandonó la Sede de Toledo para ocupar la de Madrid-Alcalá, con rango de Archidiócesis. Esta arquidiócesis pasó a llamarse Arquidiócesis de Madrid en 1991, con la restauración de la diócesis de Alcalá de Henares.
El marqués de Cubas, a cargo del proyecto, reformó su proyecto inicial como iglesia parroquial proponiendo una imponente catedral neogótica siguiendo la moda imperante en Europa por influencia de Viollet-le-Duc. Los trabajos comenzaron por la cripta, construida en estilo neorrománico, con acceso por la Cuesta de la Vega y que no se abrió al culto hasta 1911, una vez concluida por Enrique María Repullés y Vargas. En esa misma época se levantaron los primeros pilares, pero los trabajos quedaron prácticamente abandonados hasta 1950, año en el que Fernando Chueca Goitia y Carlos Sidro ganan el concurso convocado para la terminación de las obras. El aspecto del templo cambiaría entonces, puesto que, aunque se mantenía el estilo gótico del proyecto primitivo para el interior de la catedral, el exterior sería ahora neoclásico, siendo éste el aspecto que mantiene actualmente: de esta forma, la catedral se integraría con el entorno, también neoclásico, del Palacio Real.
Las obras continuaron hasta su paralización en 1965, ante la falta de fondos y de apoyo del ayuntamiento. Transcurrieron casi veinte años hasta que, en 1984, se creó un patronato que consiguió el apoyo de instituciones públicas (que incluían el ayuntamiento y el Gobierno de España, ambos en manos de políticos de izquierda) y privadas para finalizar las obras. La catedral fue consagrada por el papa Juan Pablo II el 15 de junio de 1993, tomando el relevo de la colegiata de San Isidro, que había sido la catedral provisional de Madrid desde 1885.[1]
El 22 de mayo de 2004 fue escenario de la boda del príncipe de Asturias, Felipe de Borbón con Letizia Ortiz, siendo ésta la primera boda en celebrarse en la historia de la catedral.
En 2005 se inauguró una exposición sobre la Inmaculada y España, organizada por la Fundación Las Edades del Hombre.

La Sagrada Familia de Gaudí







El Templo expiatorio de la Sagrada Familia fue iniciado en el año 1882 por el arquitecto Francesc de Paula del Villar i Lozano quien, tras ciertas discrepancias con los promotores y cuando tan sólo había empezado la cripta, abandonó la dirección de la obra. Entonces el encargo fue transferido a Antoni Gaudí que desestimó el antiguo proyecto y propuso uno nuevo con planteamientos constructivos de vocación monumental, acentuado simbolismo y ornamentación exuberante. El templo todavía no está acabado hoy en día y, desde la muerte de Gaudí en 1926, distintos arquitectos han continuado la obra a partir de su idea original.
El arquitecto proyectó una iglesia de planta basilical de cinco naves, con un crucero de tres, configurando una planta de cruz latina. El estado actual de la construcción permite observar las grandes dimensiones de las naves que soportarán torres de gran altitud, midiendo la más alta de todas ellas 170 metros. Dicha torre representará la imagen de Jesús y, a su alrededor, habrá cuatro torres más que representarán los cuatro evangelistas. Tras estas torres y sobre el ábside se erigirá una nueva torre consagrada a la Virgen María. Cuatro nuevas torres coronarán la fachada de la Gloria, la del Nacimiento y la de la Pasión (estas dos últimas tienen ya construidas cuatro torres por fachada) que, en suma, simbolizarán los doce apóstoles. Actualmente, las grandes dimensiones de las torres construidas permiten contemplar la estilización y verticalidad del edificio, de resultados espectaculares. Es preciso destacar que Gaudí proyectó el edificio dentro de una manzana de casas del Ensanche, lo que le obligó a aprovechar el espacio al máximo, por lo que concibió el claustro en torno al templo, interrumpido solamente por las fachadas y el ábside. Éste, como todo el edificio, ostenta una importante presencia de elementos simbólicos que no sólo adoptan la forma arquitectónica, sino que también lo hacen de manera escultórica, con el único objetivo de expresar los grandes temas de la doctrina cristiana.
Varias fechas notables han marcado la construcción del templo. La primera piedra de la cripta se colocó el día 19 de marzo de 1882 y se acabó en 1893. En el año 1894 se empezó el claustro y en 1901 se terminó la puerta del Rosario, uno de sus accesos. Paralelamente se llevaron a cabo los estudios de la estructura de las naves, completándose en 1925. El primer campanario de la fachada del Nacimiento (torre de san Bernabé) fue acabado en 1926, el único que Gaudí vio finalizado. Entre los años 1892 y 1917 el arquitecto efectuó múltiples estudios para la fachada de la Pasión que se empezó a construir en 1952 y culminó sus campanarios en 1978.
El estilo del templo está basado en el gótico, a partir del desarrollo de estructuras geométricas regladas y de la aplicación muy ingeniosa de elementos decorativos. El edificio recopila la esencia de los conocimientos de Gaudí y su experiencia constructiva. Destaca la estructura de base paraboidal, la generación helicoidal de las columnas de la nave central y su forma arborescente que sostiene bóvedas de base hiperbólica. Es también destacable la modulación interior de los ventanales laterales que filtran y distribuyen la luz, así como las plantas elípticas de los campanarios perforados por unas funcionales escaleras de caracol.
Gaudí se encargó también de los elementos del mobiliario litúrgico, como las credencias de hierro forjado, los armarios, los bancos de madera y unas lámparas votivas de hierro y vidrio muy elaboradas.
Desde el año 1914 el arquitecto se dedicó a construir la Sagrada Familia de manera casi exclusiva, aspecto que explica la falta de otros trabajos importantes a lo largo de los últimos años de su vida. Desde la intervención de Gaudí en 1883 y a pesar de los actos vandálicos del año 1936 que provocaron la quema del obrador y la pérdida de la mayor parte del proyecto, la construcción de la iglesia no se ha detenido jamás, siendo sufragada todavía en la actualidad mediante las limosnas que aportan los fieles y los ingresos procedentes de las entradas de los visitantes.
Tras la muerte de Gaudí, la dirección de las obras fue asumida por su colaborador Domènec Sugrañes i Gras hasta el año 1938. Posteriormente fueron sus directores Francesc de Paula Quintana i Vidal, Isidre Puig i Boada, Lluís Bonet i Garí, Francesc Cardoner Blanch y Jordi Bonet i Armengol, su actual director. Desde 1986 el escultor Josep Maria Subirachs lleva a cabo la obra escultórica de la fachada de la Pasión. El Templo expiatorio de la Sagrada Familia está inscrito en el Catálogo del Patrimonio Arquitectónico de Barcelona y es Monumento histórico-artístico de Interés Nacional. Se trata del edificio más visitado de Barcelona.